MI YO POÉTICA: Cómo escribir un poema que emocione
DÍA 2: La emoción no se dice, se muestra
Bienvenidas a Mi Yo Poética, un nuevo segmento gratuito de 7 días para habitar a tu yo poética y escribir poemas que realmente conecten con quién está del otro lado. Durante los próximos 7 días vamos a escribir 7 poemas. Uno por día. El fin es aprender qué necesita un buen poema. Por definición propia, un buen poema emociona. Punto. El objetivo es conmover, fluir, crear con un sentimiento genuino mediante diferentes recursos poéticos y sentir que una parte de nosotras se vació para llenar el papel.
Por favor NO te frenes, NO perfecciones, NO juzgues lo que salga. Eso genera lo que conocemos como bloqueos. Este segmento quiere eliminar el auto sabotaje por crear y soltar expectativas de lo que “la poesía debería ser” para abrir espacio a lo real, honesto e íntimo. Es decir: la verdadera poesía. La que revuelca y sana a la vez.
En 6 días se abren las inscripciones a AMAREA: el retiro digital de poesía y creatividad, que será a fines de marzo (fechas y horario por definir). Mucha escritura, conexión y emoción profunda. Vamos a empaparnos de poesía, surfear los bloqueos creativos y recitar lo que sentimos entre mujeres creativas que desean conectar y escribir igual que tú.
OJO: Los primeros en la lista de espera tienen prioridad de inscripción y 30% de descuento en la preventa. Además, UN BONUS DE REGALO, mi ciela.
Aquí entras y no digas que no te avisé.
Sin más preámbulo, nos sumergimos en el día 2.
DÍA 2: La emoción no se dice, se muestra
Como te dije ayer, todos los humanos somos capaces de sentir emociones. Sí, de todo. Desde el miedo más profundo, viejo e incómodo. Hasta la nostalgia más dulce, terca y arrebatadora. Somos seres que sienten, y sentimos a diferentes niveles. Algunos con más apertura, otros con más distancia. Pero sí, todos lo hacemos a nuestra manera.
El poema necesita de emociones, pero también necesita de tus historias. El poema es general y universal a la vez. Aquí te voy a contar algo que un profesor de mi maestría (que también es escritor) compartió con la clase. La literatura siempre cuenta dos historias: la universal y la personal. La universal habla de lo que ya conocemos: del amor, la muerte, la enfermedad, la tristeza. Eso conocemos todos. ¿Pero qué realmente hará que una historia sea propia? Lo que hará que tu escritura sea personal y única se va a definir en qué tan concreta estás siendo con ella.
Aquí tocamos nuevamente el último paso del día de ayer: hacer propio un escrito a través de los elementos personales de nuestra historia. Sin embargo, aquí yace otra pregunta: ¿cómo hacer eso? Yo le hice caso al consejo de mi profesor, un consejo que cambió todo el juego en la forma cómo escribo y cómo contaba mis historias. Él dijo: deja de decir, empieza a mostrar. Tal como contamos un cuento. ¿Qué vas a mostrar? Una imagen, un recuerdo, un color, un sonido. Mostrar significa plasmar la imagen que tú ves en tu cabeza en la cabeza de alguien más. Para hacer eso, hay que conectar profundamente con el imaginario y con lo que existe en el fondo de tu conciencia. Necesito que me muestres cómo te sientes, no que me lo digas.
TODOS podemos decir: Me siento triste. Pero no todos podemos mostrar cómo se refleja la tristeza para ti. Tal vez sea una señora arrugada con el rostro rosado de tanto llorar, o tal vez una flor marchita en medio de un bosque, o tal vez la tristeza se vea como los ojos hambrientos de un niño esquelético en África. ¿Cómo se ve la tristeza para ti? Siéntelo, luego imagínalo. Aquí recuerda el consejo: mientras más específica seas con los detalles, mejor.
Por ejemplo, yo encuentro la tristeza en la caricia de un hombre que ya no está en mi vida, en la lentitud de sus párpados, el verdor de su iris, en una carcajada fuerte, corta y rotunda, en cómo sus manos hacían círculos en mi espalda y se convertían en espirales eternos, en el calor de cuerpos y usar una sola almohada, en que no hacía frío y era invierno en el sur. Rocé su barba, sus dedos, sus huesos, y jamás hizo frío en el sur.
Mientas escribo todo esto, mi pecho se encoge. Eso significa que las emociones están aquí, conmigo, vivas. Canalicé esas emociones en imágenes, en una sola imagen en movimiento en mi cabeza. Podría llamar a este fragmento: La tristeza en la ausencia del amor. Pero si quisiera ser más específica y más personal: La ausencia del frío en el sur. ¿Vieron? Se trata de convertir lo universal (amor) en personal (jamás hizo frío en el sur).
Convertir una emoción en imagen es el mayor recurso narrativo que podrás utilizar a tu favor, es la manera más directa de elevar tus propios textos y enriquecerlos de tu aura y espíritu. Ahora, la emoción en el poema funciona exactamente igual. La emoción es el ingrediente principal de tu poema. Solo, de nuevo, no me lo digas, muéstralo. Muéstrame la imagen de tu poema. Ponlo en mi cabeza con claridad y detalles. Muéstrame la imagen que quieres transmitir. Otro tip de oro: sé sensorial. Las imágenes sensoriales, ósea todas las que hacen uso de los sentidos, penetran mucho más en el lector. No solo te limites en la vista. ¿Qué oyes? ¿Qué tocas? ¿A qué sabe? ¿A qué huele? Usa tus cinco sentidos. Muestras una imagen a detalle usando tus sentidos y creando metáforas, comparaciones y contrastes con tus diferentes elementos personales.
Te daré un ejemplo corto de Pizarnik que me encanta. ¿Qué está pasando acá? Pizarnik nos está mostrando diferentes imágenes, está usando diferentes momentos para reemplazar el “estoy sola”.
El poema La carencia dice mucho sin explicarlo directamente:
Yo no sé de pájaros,
no conozco la historia del fuego.
Pero creo que mi soledad debería tener alas.
Date cuenta en cómo la poeta usa sus elementos para mostrar.
“No sé de pájaros” 👉🏼 ¿Qué significa no saber de pájaros? ¿Qué evocan los pájaros en nosotros?
“No conozco la historia del fuego?” 👉🏼 ¿Qué es la historia del fuego? ¿Es calor, es pasión, es destrucción?
“Mi soledad debería tener alas?” 👉🏼 No dice estoy sola, pero sugiere un anhelo de libertad, de escape, de transformación.
Ahora te toca a ti. Este es el ejercicio del día 2. Escribe un poema corto donde transmitas una emoción sin mencionarla explícitamente. Usa imágenes, colores, texturas, sonidos, contrastes. Piensa en cómo se siente la tristeza en el cuerpo, cómo suena la alegría, cómo se ve la nostalgia.
Te invito a compartir tu poema en comentarios o con alguna persona segura en tu vida. Empezar, poco a poco, a ser vistas mediante nuestros poemas es una gran vía hacia una conexión más profunda con nuestras personas y una sensación de confianza interior. A mí me encantaría leerlo.
Eso es todo por hoy queridas. Aquí les vuelvo a dejar el link a la lista de espera de AMAREA. Abriremos muy pocos cupos para esta primera edición y lo más probable es que no haya una próxima hasta fin de año. Corre que ya tenemos varias en la lista y solo las primeras tienen prioridad de inscripción.
Gracias por leer y estar acá. Cualquier pregunta o duda, estoy aquí para ustedes.
Nos vemos en el día 3.
Con amor & energía creadora,
C.
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