10 ideas de escritura para empezar tu poemario [1ª ola]

Más allá de un poema suelto

Siempre he pensado que la idea de un libro llega a nosotros por un razón mística, casi espiritual. Totalmente espiritual, en realidad. Está en nosotros explorar esa razón, indagar en sus posibles porqués y ponerle una cara a la idea. Pintarla, decorarla, convertirla en una figura simbólica y transformadora. Queremos que nuestro libro cuente una historia, pero a la vez, que transforme al lector. Un lector transformado o movido por tus palabras es ganar. No pienses ni te enfoques en ganarte al mayor número posible. Eso es un juego insaciable. Pero sí piensa en ese lector escondido en algún rincón de su habitación que está buscándote, buscando entenderse a sí mismo a través de la creatividad del otro. Siempre disfruté las madrugadas silenciosas porque me permitían conectar con una parte nueva de mi misma, a veces escribiendo, otras veces leyendo. Me gustaba la idea de “el mundo está durmiendo” y se sentía casi como que el tiempo se congelara y pudiera crear sin estar pendiente del reloj. Las idean sobraban y la creatividad también. Así empecé mi propio poemario: entre noches largas y recuerdos penetrantes a lo largo de un año. Descubrí el porqué de mi llamado. ¿Por qué es mi tarea escribir este poemario? fue la pregunta que me abrió los ojos. Me di cuenta que descubriéndome yo, se descubre el otro. Que mi historia puede ser espejo si decido contar los detalles necesarios y mostrarme. Lo cual —a veces— puede ser lo más difícil. También me di cuenta que quiero ser ejemplo y guía. Que mis pasos, por más erróneos y torpes que a veces puedan ser, dejen huellas en la arena mojada de la playa vecina. Quiero que mires a estas diez ideas como un camino hacia tu llamado, si es que aún no lo sientes. Y si tu historia ya está lista para ser contada, quiero empujarte a empezar. Y que no te tardes un día más.

Aquí te comparto 10 ideas de escritura para empezar o reforzar tu poemario. Y obvio son ideas flexibles que pueden adaptarse, transformarse y concretarse en algo más. Úsenlas y hagan magia.

1. Empieza por una obsesión
   Pregúntate: ¿qué tema, pregunta o imagen vuelve siempre a mí? Puede ser la infancia, el cuerpo, el silencio, la pérdida, el deseo. Tu poemario puede nacer de esa repetición, aquello que te mantiene despierta en las noches y te sigue distrayendo durante el día. A veces una obsesión es eso a lo que tu mente regresa cada vez que estás solo/a y quieres entender.

2. Construye un altar poético
   Elige 5 objetos que representen tu universo personal y escríbeles un poema a cada uno. Esos 5 pueden ser el núcleo del poemario, o su introducción sagrada. Míralos como tus propios elementos personales. Eso marcará una gran diferencia con ESTE poemario y tus próximos. Se lo más concreta posible con tus objetos, y asegúrate de que están describiéndote a ti, tu personalidad, tu espíritu, tu energía.

3. Haz una línea de tiempo emocional
   Esboza tu vida como una secuencia de emociones clave (duelo, enamoramiento, partida, epifanía) y escribe desde ahí. No biografía, sino poética del tránsito. En mi caso, fue algo similar. Mi primer poemario está dividido en pasado, presente y futuro. Y cada capítulo contiene poemas que hablan sobre las emociones que más me albergaban en cada etapa de mi vida relacionadas a mi vocación de escritora, y al entendimiento de quién soy.

4. Inventa una premisa o mito propio
   Por ejemplo: todas las mujeres de mi familia tienen fuego en el pecho, o mi cuerpo es una casa donde habitan otras versiones de mí. Esa idea puede sostener y unificar todo el libro. Sé creativa, mística, usa leyendas urbanas, mitología, lo fantástico. Lee literatura que no tenga nada que ver con la idea principal y crea una premisa desde ahí. Mientras más fuera de lo común, más espacio para crear cosas radicales.

5. Elige un hilo conductor formal
   ¿Qué pasaría si todos los poemas tuvieran una misma forma? (Preguntas, cartas, letanías, poemas en segunda persona). Esto da cohesión sin limitar la creatividad.

6. Ponle título al poemario antes de escribirlo
   Aunque luego lo cambies. Un título potente puede darte dirección, atmósfera y tono desde el comienzo. Te ayuda a escribir hacia algo, y puede ser la base a donde siempre volver si te sientes “estancada” en algún momento.

7. El lugar donde se rompió algo. Escribe un poemario sobre los lugares que tienen un significado para ti. Puede ser un rincón físico (una calle, una habitación, una playa) o simbólico. Habla del quiebre, pero también de lo que nació de él. Puedes incluir anécdotas poéticas que sucedieron en esos lugares y se quedaron en ti.

8. Reúne tus notas sueltas y busca patrones
   A veces el poemario ya existe en fragmentos que escribiste sin darte cuenta. Léelos todos juntos y observa: ¿qué se repite?, ¿qué pide ser dicho? La mayoría de mis alumnas tenían muchos poemas sueltos en sus diarios, y ellas mismas sabían que el poemario ya estaba ahí, vivo, respirando. Solo necesitaban encontrar los patrones en común que las ayudaran a definirlo. Mira con atención todo lo que has escrito y atesoras en algún lugar íntimo.

9. Piensa en el poemario como una casa
   Cada poema es una habitación. ¿Qué necesita esa casa? ¿Un sótano secreto? ¿Una terraza que mira al pasado? ¿Una piscina profunda? ¿Alguna habitación de invitados? Empieza por la arquitectura simbólica.

10. Escribe desde el cuerpo. Elige una parte de tu cuerpo (las clavículas, el ombligo, los muslos) y explora qué recuerdos, imágenes o emociones viven ahí. Un poemario que reflexione sobre la relación con nuestros cuerpos y las emociones que hemos guardado con el tiempo.

Estas ideas están hechas para ti, para animarte a empezar y detonar tu creatividad. Ayudarte a remar con la corriente creativa que vive en ti. Quiero darte opciones para que encuentres menos excusas. Créeme que esas siempre habrán, pero no es lo que queremos. Las ideas necesitan gasolina para seguir vivas. Mira este artículo como eso, gasolina.

Y si necesitas un poco más, recuerda que aquí estoy.

Seré la pesada que cada vez que te vea, te pregunte: ¿ya escribiste hoy?

Recuerda que ese poemario ya respira en algún lugar de tu cabeza, necesitamos sacarlo de ahí y bajarlo a tierra.

Escritora, si te sientes lista, tal vez esto te interese.

Y si no, te va a interesar también.

Con amor & energía,

C.

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